Cuando se dice que en Internet hay de todo, es que hay de todo. Otra cosa es que esta información sea más o menos visible, ya que la red de redes tiene un lado oculto y poco conocido, que la divide en dos partes claramente diferenciadas: la superficial y la profunda.
El acceso a la llamada Deep Red o Red Profunda es algo más complejo que al que estamos acostumbrados, y se realiza a través del programa TOR (The Onion Router, según sus siglas en inglés).
Esta puerta de entrada la cruzan cada día miles de personas para adentrarse en un mundo donde cohabitan la información clasificada, las páginas olvidadas y hasta actividades delictivas, datos que no pueden ser encontrados fácilmente por los motores de búsqueda comunes, como Google o Yahoo: ya que este tipo de contenido no está en páginas indexadas. “A través de TOR se accede a la Deep Web donde se puede encontrar desde la colección completa de libros de Harry Potter hasta pornografía infantil o redes de mercenarios a sueldo”, explica Martín Vegan, profesor de Cisco y especialista en seguridad informática.