Muchos de los teléfonos y ordenadores donde almacenamos información sumamente privada se desbloquean con nuestra huella dactilar. El problema de este método es que vamos dejando la huella por todas partes, y no se puede cambiar. A veces, una foto es todo lo que hace falta para que nos la roben.
La firma Kraken Security dice haber burlado la seguridad de los lectores de huella con una inversión de 5 dólares. Los investigadores ni siquiera necesitaron acceso físico a la huella de la víctima, ya que la copiaron de una foto de la superficie de una pantalla en la que la huella había quedado marcada.