Seis conceptos de largo plazo que, para él, dominarán el modo de acceder a la información. Su visión, la de un observador lúcido más que la de un rupturista, goza de predicamento en la audiencia de la cultura digital: no sólo por sus aciertos, también por que le otorga densidad conceptual a muchas actividades cotidianas. Y detalla:
1. Las pantallas. De las generaciones de los libros a las de las pantallas, se trata de una evolución, para él, imparable. "Hoy, están en todos lados, en las paredes de los edificios, en los aviones, en los celulares, en los ascensores. ¿Alguien hubiera creído realmente hace apenas 20 años, en 1991, que leeríamos libros en un celular? Y seguirán evolucionando: serán cada vez más baratas, más planas, más sensibles. Pasamos de una etapa de transmisión de información basada en la oralidad, luego a la palabra escrita y ahora a la visualización. Sospecho, aunque resta ver que fuerzas se impondrán, que la gente buscará tener una sola pantalla para todas las acciones: ver TV, mails, juegos, diarios, Internet..."
2. La interacción. Cuenta un experimento, de ofrecerle a un niño muy chico una iPad para que aproveche sus movimientos de modo intuitivo: y el niño empieza a "tapear", a "scrollear", esos verbos aún sin traducción que hacen a las virtudes de estos dispositivos. No leen, claro; tocan. Las actividades no textuales que incorporan el cuerpo, la gestualidad como en la célebre escena del film "Minority Report" son modos de conducir la información de un modo visual que excede la cultura "digital", la de teclear, a la que estamos acostumbrados.
3. Compartir. "Es evidente que vivimos en un mundo donde muchas de las innovaciones llegan del aspecto social, colectivo, de las cosas...No sabemos hasta dónde puede llegar esta lógica en las próximas dos décadas, pero ya está probado que todo lo que se puede compartir enriquece su valor, desde los amigos a las inversiones".
4. El fluir. "Es muy claro cuando se piensa en el océano de información: es inasible, literalmente, y la consigna será no ya cómo ordenar esa data sino cómo interpretar su flujo."
5. Acaso éste sea el punto más original y rupturista de estos postulados de Kelly, el que condensa algunos de sus aciertos anteriores y los proyecta: el acceso es más importante que la propiedad, apunta e implica un cambio de paradigma en la percepción sobre los bienes culturales: "Hay ejemplos en la industria del cine, de la música. El acceso es la clave: un servicio me permite escuchar cuando quiera casi toda la música disponible... Era impensado años atrás. Ocurre hoy y cambia el valor de la compra, del concepto de propiedad no sólo porque las cosas sean gratis sino porque cada vez más pagamos el servicio de acceso y no el producto".
6. Crear, no copiar. Otro axioma vigente que Kelly puso en palabras una década atrás en su postulados sobre una Nueva Economía, el que sostiene que "todo aquello que puede copiarse ya no puede venderse", es hoy actualizado por su autor. "Si es más fácil pagar que copiar y el precio es justo, todo se resuelve. La inmediatez y la personalización son claves. Muchos sostienen que la música ahora es gratis, pero los shows en vivo cobran cada vez más caro. Cuando se pone el cuerpo, la performance tiene un valor singular, creciente..."